Jamás leyó un libro de crecimiento personal, ni las filosofías de Aristóteles o Kant, ni siquiera el manual de su retroexcavadora, pero cuando levantó la cabeza y vio el aterrizaje y plegadura de alas de la cigüeña sobre la antena de la A23, supo que Dios existía.
Edpukzan, 25 de febrero de 2025.
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