Quedaron frente a la parada de Islas Filipinas y a los pocos minutos, ya estaban vaciando las bolsas para el botellón: ron cola, cerveza, vino y media botella de pacharán para endulzar... Junto a las caladas de cuatro o cinco porros, un buen cocktail para lo que les esperaba en la Galileo con Mudhoney. Era el primer concierto serio para la voluptuosa Jane, la emoción por ver a su grupo preferido era tal que el efecto del THC quedó en agua de borrajas. La sala, atestada, el grupo, impecable, el volumen, más propio del infierno Avici que de la vida terrena... Con el ya mítico Into the Drink, Jane voló por los aires desde el escenario, recogida con buen gusto por las manos lascivas de los asistentes. Pese a ello, sintió tocar el Cielo. Los pitidos de oídos postshow le duraron tanto que terminó pidiendo cita al otorrino y con gotas de Duisger del de 20ml... Y pasaron los años, se volvió a encontrar con los acompañantes de aquel momento y lo recordaron. Cada uno lo contó de una manera tan dispar, que igual no fue para tanto, pensó Jane.
Edpukazn, a 25 de marzo de 2025.
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